Quesadillas de pollo.

Ingredientes:

  • 8 tortillas de trigo (2 por persona).
  • 300 gr pechuga de pollo.
  • 1 pimiento rojo.
  • 1 pimiento verde.
  • 1 cebolla.
  • 4 cucharadas de granos de choclo.
  • 100 gr de queso mozzarella.
  • 100 gr de queso cheddar.
  • 1 palta madura grande (o 2 pequeñas).
  • jugo de 1/2 lima.
  • Unas gotitas de tabasco (opcional, para darle un toque más picante).
  • Aceite, sal y pimienta negra recién molida.

Preparación:

Picar los pimientos rojo y verde, y la cebolla en brunoise.

En una sartén con un poco de aceite y sal echar la cebolla y los pimientos, poner el fuego a temperatura media-alta y saltea las verduras 5 minutos. 

Cuando empiecen a dorarse incorpora los granos de choclo y pimienta negra molida al gusto, y revuelve 1 minuto más. Reserva.

En esa misma sartén con un poquito de aceite poner las pechugas para que se cocinen a fuego medio y échales por encima un poco de sal y pimienta. Cuando se hayan dorado por un lado dales la vuelta y vuelve a espolvorear sal y pimienta por encima. Cuando estén doradas por ambos lados, resérvalas.

Colocar la palta en un bol pequeño junto al jugo de lima y un poco de sal, tritúrar con un tenedor, quedará ligeramente grumoso.

Rallar el queso mozzarella y el cheddar en pequeñas tiritas.

Como el pollo se habrá enfriado un poco y estará ya manipulable, cortar en tiritas y después en cuadraditos. Mezclar con el pimiento y la cebolla, y si te gusta añadir unas gotitas de tabasco.

Armado:

Poner a la tortilla una capa de queso, después cubre con la crema de palta, a continuación agregar la mezcla de pollo con pimiento y cebolla, vuelve a echar queso por encima, y tapa con una tortilla, compactando bien con la mano.

En una sartén a fuego medio-fuerte pon la quesadilla para que se cocine por un lado, y cuando se haya tostado ligeramente dale la vuelta con cuidado para que se cocine por el otro lado. Repite la misma operación con el resto de quesadillas.

Corta las quesadillas en 4 partes, y sírvelas colocando los triángulos unos encima de otros. Lo ideal es comerlas recién sacadas de la sartén, que es cuando están más crujientes y el queso totalmente derretido, aunque también se pueden comer frías.

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