Ingredientes:
- Para la masa de las galletas:
- 125 g. de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 50 g. de azúcar blanco
- 65 g. de azúcar moreno
- 175 g. de miel
- 1 huevo pequeño
- 390 g. de harina de trigo
- Los aromatizantes: ½ cucharadita de bicarbonato
- ½ cucharadita de jengibre en polvo
- ½ cucharadita de canela en polvo
- ½ cucharadita de cardamomo en polvo
- 1/4 cucharadita de clavo en polvo
- 1/4 cucharadita de sal
- Para decorar:
- 230 g. de azúcar glass
- 40 g. de claras de huevo
- 6 gotas de vinagre blanco de vino
Preparación de la masa de las galletas
- Batimos la mantequilla en un bol hasta que se haga una crema.
- Añadimos el azúcar a la mantequilla y batimos de nuevo la mezcla hasta que se vuelva blanquecina.
- Echamos la miel poco a poco, removiendo constantemente hasta integrar los ingredientes. Añadimos el huevo a la mezcla y removemos bien.
- El un bol aparte tamizamos la harina y el bicarbonato y añadimos el clavo, el jengibre, la canela, el cardamomo y la sal.
- Mezclamos con unas varillas y echamos la mezcla de harina al bol con el resto de ingredientes.
- Removemos hasta integrar totalmente, nos quedará una bola un poco pegajosa debido a la miel.
- Dividimos la masa en varias partes partes y las envolvemos en papel film.
Forma de las galletas de jengibre y canela
- Metemos en la heladera durante 2 horas hasta que veamos que está durita.
- Una vez que la masa esté fría, estiramos las porciones entre 2 papeles de hornear con un rodillo.
- Con el cortapastas de hombrecito (o el que tengamos) cortamos la masa y guardamos las galletas en el frigo para que vuelvan a endurecer.
- Es importante para que las galletas no crezcan, o lo hagan lo menos posible, durante el horneado.
- Los restos de masa que nos queden de después de cortar las galletas los dejaremos enfriar de nuevo en la heladera antes de volver a utilizarlos.
- Precalentamos el horno a 180ª C.
Horneado de las galletas de jengibre y canela
- Horneamos las galletas en la bandeja del medio con calor arriba y abajo durante unos 10 minutos, o hasta que estén doraditas.
- Al sacar las galletas del horno las dejaremos reposar en la propia bandeja de horneado unos minutos antes de pasarlas a una rejilla.
- Deben estar frías antes de manipularlas, pues se pueden romper, por lo menos dejarlas media hora.
Cómo preparar el glasé para decorar galletas
- Batimos ligeramente la clara en un bol hasta conseguir que espumee. No hay que montarla, simplemente batirla.
- Incorporamos un tercio del azúcar glass y mezclamos bien. Echamos el segundo tercio de azúcar glass y seguimos batiendo, en este momento la mezcla habrá adquirido una dureza considerable.
- Es importante que agreguemos el azúcar en tandas para poder calibrar el momento en que no haga falta más.
- Echamos el último tercio de azúcar y batimos. La mezcla se habrá vuelvo totalmente blanca y bastante durita.
- Tenemos que conseguir la consistencia suficiente para “escribir”, es decir, que si cogemos glasa con una cuchara esta no se caiga hasta pasados 5 segundos.
- La glasa así de consistente es la que usamos para los contornos o las líneas sueltas en la decoración, reservamos una parte en un biberón de repostería.
- Si además queremos rellenar, por ejemplo para hacerles un jersey a los hombrecitos, tenemos que conseguir una glasa un poco más fluida.
- Para ello al resto de la glasa le añadiremos agua en gotas, es decir, muy poco a poco.
- Añadimos, removemos y comprobamos la consistencia hasta conseguir que quede como si fuera un yogurt griego, o sea, que si movemos con la cuchara la mezcla no volverá a su posición original hasta pasados 10 segundos.
- Si le añadimos demasiada agua y queda muy líquido, podemos remediarlo añadiendo más azúcar glass, pero lo mejor es ir agregando el agua muy poco a poco y no pasarnos.
- Una vez preparados los dos tipos de glasé que necesitamos para decorar nuestras galletas, los ponemos en sendos biberones con boquilla, o en una manga pastelera y a pintar.