El 25 de junio de 2009 Michael Jackson el “Rey del pop” moría por un paro cardíaco provocado por una sobredosis de propofol, un potente calmante.

Al momento de su muerte, Michael Jackson tenía el cuerpo devastado por las cirugías estéticas, por los medicamentos recetados y por una aparente batalla contra la anorexia.

El hombre que como artista batió todos los récords, la estrella pop más grande que quizá haya existido moría solo y acusado de uno de los delitos más aberrantes: el abuso infantil.

Si de algo no quedan dudas es de su calidad como artista, porque el “rey del pop” cambió la música para siempre. Su video, Thriller modificó la forma de grabar y ver música. La pieza dura 14 minutos y todavía es hipnótica. El cantante aparece disfrazado de hombre lobo y baila con zombis, todo acompañado con efectos especiales que rompían todo lo que se conocía hasta ese momento y que implicaron un costo de 500 mil dólares suma que jamás se había gastado. Sus icónicos pasos de baile fueron reproducidos por seguidores de todo el mundo y hoy se siguen imitando.

Si como músico Jackson rompió moldes, como bailarín no se quedó atrás y eso que jamás tomó una clase de danza académica. Comenzó con coreografías predecibles pero terminó diseñando y creando un concepto narrativo donde danza, voz y música fluían con tanta naturalidad que revolucionaron el mundo del arte. Su paso imitando a un hombre caminando en la Luna, el icónico moonwalk, entró en la historia de la danza.